El presidente Donald Trump tiene muy claros sus objetivos durante sus visitas de Mar-a-Lago, principalmente jugar golf, aunque también reunirse con dignatarios y reunirse con algunos de sus socios.
Sin embargo su esposa, la primera dama Melania Trump, tiene un “objetivo secreto”: desaparecer.
Según un reporte de CNN, la exmodelo gusta de viajar a la residenciaen Florida, porque las habitaciones privadas son realmente privadas, para ella, su esposo y su hijo.
Aunque el “área privada” a la que tienen acceso es modesta, en comparación a los espacios a los que están acostumbrados, según una fuente consultada, su principal atractivo es que está alejada de la prensa y de los curiosos.
La Primera Dama mantiene sus visitas como un “secreto” y hay veces que ni los huéspedes saben que está en el hotel, a pesar de que –señala el reporte– es fácil encontrarse en áreas comunes.
El presidente Trump “rara vez abandona sus límites, con la excepción de jugar golf en su club”, es decir también disfruta la privacidad, pero su esposa “detesta abandonar sus terrenos, y pasa la mayor parte de sus días de vacaciones en la propiedad, aislada”.
En aquel espacio pasa tiempo de calidad con su hijo Barron y sus padres, Viktor y Amalija Knavs, quienes también pasar una buena parte del año en Mar-a-Lago, sobre todo en semanas festivas, como Acción de Gracias y las navidades.
