Por: Federico Nuñez Mañan
Literalmente la verdad es el conocimiento de lo que es, lo real, lo honesto y la buena fe. Hay quienes adquieren inteligencia para hacer uso de la verdad. La realidad es que mientras más conocemos la verdad más nos alejamos de ella.
La honestidad debe ser una condición sinequanon que debería primar en cada una de nuestras acciones. Es más fácil llegar a la verdad cuando se actúa de buena fe.
Muchos creen que por pertenecer a una clase social, política o religiosa están autorizados hablar con la verdad, a diario vemos y escuchamos como se cuestiona la vida de personajes que deberían ser iconos, símbolos y (o) ejemplos de la sociedad.
La justicia Dominicana ha hecho de la verdad el instrumento menos creíble y contradictorio, tal es el caso de muchos funcionarios, religiosos y militares envueltos en actos dolosos, que podria dejar una brecha de contradicciones en el pensamiento de cada dominicano y que al final de la jornada no sabremos si son culpables o inocentes.
La verdad tiene que ser como el acero que no se dobla, como el agua de los ríos que siempre busca su cauce, mientras más atados y comprometidos estemos con la verdad, mayores serán nuestros ideales.
La verdad, debe consumirse a diario en cualquier escenario de la vida nacional, la verdad debe permear los hogares sin importar su naturaleza ni de donde provenga, el Dios del universo dice, conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. Amén.
