Hace aproximadamente unos días me involucré en un interminable tapón, de esos que no importando las horas, se producen en las zonas más neurálgicas del Gran Santo Domingo y que a lo mejor por negligencia o necedad se complican cada día más y lamentablemente las autoridades no han podido dar pie con bola con este Tapón de Aquiles.
En algún momento perdí hasta el control de mi inteligencia y me involucré de tal forma que hasta la madre le mencioné a un facineroso del volante que infructuosamente, se introdujo en un carril tan estrecho que al final colisionó con otro de su misma calaña.
¡Oh Dios! Así como de sopetón, quise retrotraer aquellos tiempos cuando no existían tantos carros.
Luego de soportar insultos e improperios de parte de los protagonistas del congestionamiento, me surgió la idea de encender la radio para disipar el mal momento, pero fue mayor la frustración cuando escuché un Dembow de esos que tienes que mirar al cielo y pedir perdón.
Obviamente me vi forzado a cambiar de emisora y en el introito de un programa de esos que tratan temas especiales para vagos, me llamó mucho la atención el tema en exposición, quizás por el liqueo o tufillo que se desprendía del ego de algunos buhoneros que haciendo alardes de su jerigonza se ofendian y se faltaban el respeto.
Les juro que me produjo mucha confusión y vergüenza ajena por lo desagradable del tema.
¡Cuánta ignorancia se respira en la mayoría de estos programas que lo único que hacen es crear fama!
La culpa la tienen los programadores y directores de radio, que para cogerlo más suave han permitido la entrada a esos medios de personas sin preparación y sin ninguna experiencia, por el solo hecho de no pagar a profesionales de la comunicación bien preparados…