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En medio de la lucha contra el COVID-19 autoridades de NY recuerdan que consumo de alcohol en las calles es ilegal

Por:Edwin Martinez 10 de Agosto 2020

Desde que el Estado dio luz verde a la Ciudad de Nueva York para empezar su proceso de reapertura en junio pasado, tras casi tres meses de encierro por la pandemia del COVID-19, el alcohol se ha convertido en uno de los escapes de muchos neoyorquinos para hacerle el quite al estrés, a la angustia y hasta al aburrimiento que el brote ha desencadenado.

Así lo confiesa el colombiano Juan Castro, quien, como si se tratara de una peregrinación sagrada, desde que los restaurantes y bares tuvieron el aval para abrir con mesas afuera, (comenzando el pasado 22 de junio), y vender bebidas alcohólicas para llevar, todos los viernes, sábados y domingos, sale con sus amigos a recorrer lugares de Astoria y últimamente también Jackson Heights. Tomar vodka con seltzer water, margaritas y terminar la noche con Lagunitas, su cerveza IPA favorita, está en el plan de sus salidas.

Y aunque el joven de 29 años asegura que no está haciendo nada malo y que solo está tratando de “sobrevivir en medio de tanta tensión” que ha generado la crisis del COVID-19, que en su caso lo ha mantenido “encerrado”, trabajando sin cesar de lunes a viernes, admite que se está pasando por alto una ley del Estado y de la Ciudad: la prohibición de toma licor en las calles.

Videos que se viralizaron en las redes sociales de vecindarios como Astoria, Jackson Heights, el Alto ManhattanHells Kitchen, y otros barrios, y quejas de vecinos, al igual que reportes de las autoridades, evidencian que muchos neoyorquinos como Castro, han estado violando la denominada ley de “containers abiertos“, que prohíbe beber alcohol en espacions públicos o automóviles. Quienes lo hagan, se exponen a ser multados.

Multas de $25 por beber en la calle

La ley advierte que “cualquier persona que haya violado cualquiera de las disposiciones de la sección (de portar envases abiertos de licor o bebidas alcohólicas abiertas como vasos pláticos, copas y cervezas, entre otras) será castigada con una multa de no más de veinticinco dólares ($25)“. Aunque por varios años la penalidad llegó a ser incluso de $100, a partir de la reforma penal promovida por el Concejo Municipal, desde el 2017 esa falta se convirtió en un asunto civil y se redujo el monto del castigo.

“Yo compro mi trago en el bar, y me gusta irme caminando a otro, mientras voy hablando y tomándomelo en la calle, y creo que la policía lo sabe, porque pasan muchas patrullas y nunca me han parado a mí, porque creo que ahorita están enfocados en hacer cumplir la ley en los restaurantes que quieren vender licor y tener aglomeraciones hasta después de media noche”, comenta el financista, quien se opone a que los uniformados multen a quienes tomen en la calle. “Creo que en este momento deberían seguir enfacándose en los locales y no en la gente, porque la pandemia ha hecho un daño emocional y también deben entender eso”.

Pero el sentir del colombiano no va por la misma ruta de las autoridades, quienes desde la cabeza del Estado, en voz del propio gobernador Andrew Cuomo, están no solamente haciendo un llamado a los neoyorquinos a que sigan las normas, no se aglomeren en frente de bares sino también a no tomar bebidas alcohólicas en la calle.

Decenas de lugares hispanos sancionados

El mandatario estatal anunció que decenas de lugares, varios de ellos en vecindarios de amplia afluencia hispana, como “El Patio Bar”, “El Paisa Café”, “Nostalgia” y “Románticos”, localizados en Jackson Heights, Queens, ya fueron objeto de sanciones, tras el incremento de inspecciones. Incluso a 95 negocios les han suspendido la licencia de licores por no seguir las leyes, y se han hecho más de 3,000 visitas que han dejado 596 violaciones encontradas, con multas de hasta $10,000 por violación.

Cuomo destacó además que las aglomeraciones generadas por gente tomando en las calles, pone en riesgo los avances que Nueva York ha tenido evitando la propagación del COVID-19, por lo que urgió a bares y a neoyorquinos en general a actuar de manera sensata y a las autoridades a hacer cumplir las leyes con mayor severidad.

Continuamos viendo situaciones que simplemente no son inteligentes y los gobiernos locales tienen que tomar medidas enérgicas contra ellas”, dijo el Gobernador. “Los bares y restaurantes que continúan actuando de manera irresponsable son irrespetuosos, se involucran en comportamientos ilegales y no solo violan la salud pública, sino que también violan la decencia común”.

El presidente de la Autoridad Estatal de Licor (SLA) Vincent Bradley, también advirtió que seguirán suspendiendo licencias a los sitios que no acaten las normas.

“El SLA continuará suspendiendo de inmediato a los licenciatarios que pongan en peligro sus vidas al violar flagrantemente las órdenes ejecutivas del Gobernador. Nuestras comunidades, así como la mayoría de los propietarios y el personal de restaurantes y bares, han sufrido grandes sacrificios para doblegarse la curva, y el SLA no dudará en tomar medidas inmediatas contra aquellos que amenazan el progreso que ha hecho nuestro estado”, dijo el funcionario.

Vecinos apoyan poner ‘mano dura’

Y en frente de uno de los 12 sitios cerrados el fin de semana pasado en Jackson Heights, el Románticos bar, ubicado en la avenida Roosevelt con calle 76, miembros de la comunidad manifestaron su apoyo a que se castigue a los infractores. Según datos estatales, ese negocio violó en más de dos ocasiones las reglas de distanciamiento social y venta de licor. El sentir sobre la aplicación de mano dura con este tipo de negocios que violen las normas, al igual que con las personas que violen la ley de “open container” al beber en la calle parece contar con el apoyo de la mayoría.

“Yo estoy de acuerdo con que los multen, porque debemos pensar en la seguridad de todos”, aseguró el mexicano Luis Martínez, mientras se tomaba una cerveza en un bar de la avenida Roosevelt. “Creo que para eso están estos sitios. Yo vengo, me tomo dos o tres y me voy para mi casa, en vez de exponerme a que me pongan un ticket en la calle tomando”.

La ecuatoriana María Cubides comparte ese pensamiento, y aunque afirma no ser amante del licor, dice estar “harta” de ver como en las últimas semanas la gente se ha “enloquecido” agarrando las calles como bares públicos.

“Yo ya soy una mujer mayor y me da rabia ver borrachos andando por toda la Roosevelt y la Northen Boulevard sin tapabocas y cargando tragos en las calles. Bien hecho que los multen. Deberían subir las multas para que aprendan, porque además están jugando con nuestra salud”, dijo la mujer, bastante indignada.

Los negocios que siguen las reglas, también apoyan que se hagan cumplir más las normas.

Sandy Luna, manager del restaurante Lunas Kitchen, de la calle 77 con Avenida Roosevelt, muy cerca de donde varios bares han sido cerrados, aseguró que no seguir las leyes le hace daño a los negocios que si toman las órdenes con seriedad y pone en riesgo la salud.

“Nosotros aquí antes de las 11 ya estamos empezando a meter las sillas y sabemos que debemos colaborar entre todos para hacer cumplir las cosas. Vemos a veces que las calles se ponen más sucias con vasos de cervezas de gente tomando en la calle y eso no le hace bien a nadie”, comentó la joven, haciendo un llamado a la comunidad a que se monte al bus del buen comportamiento. “Sé que todos estamos pasando por un momento muy difícil, pero hay que acatar las normas para que estemos bien todos“.

Denuncian discriminación del NYPD

A pesar de los desórdenes aislados que ha habido en algunos locales y que ha llevado a cierres y multas, el alcalde Bill de Blasio ha dicho en sus informes que a nivel general el mal parece estar controlado, con apenas el 1% de contagios positivos diarios. Además ha insistido en que el NYPD está presto a reforzar la aplicación de la ley.

Pero en medio del llamado de las autoridades a respetar las leyes de consumo de alcohol, también se ha denunciado que el NYPD sigue persiguiendo de manera desproporcionada a negros y latinos, al imponer multas por containers de licor abiertos en las calles.

Entre enero y julio pasado, los agentes emitieron 1,250 multas por ese motivo, de las cuales, 597 fueron contra afroamericanos, 526 a latinos, 88 a blancos y 13 a asiáticos, es decir que más del 90% fueron multas a personas de color.

La Uniformada niega que exista tintes discriminatorios a la hora de hacer cumplir la ley y advierten que tomar en la calle va contra la ley, por lo que quien lo haga se expone a ser multado.

La asambleísta Catalina Cruz, representante por Corona y Jackson Heights, donde se han cerrado ya varios bares por violar normas de venta de alcohol y donde han sido impuestas varias de las multas a individuos, aseguró que urge que el NYPD haga cumplir la ley para todos por  igual y no se limite a perseguir a la gente solo por su color.

“Esos datos de multas desiguales desafortunadamente son un síntoma más del tipo de sistema criminal que tenemos, porque no es la ni la primera ni la última vez que vemos que la ley se hace valer de diferentes formas, dependiendo del barrio donde se viva o del color de piel de la gente”, dijo la política de origen colombiano.

“Estoy totalmente de acuerdo con que la policía se asegure que los bares y restaurantes y que  la gente cumpla las leyes, guardando las distancias y siguiendo las normas requeridas sobre venta de licor, pero mi llamado es a que entiendan que este es un problema de todos y no es posible que la Administración de Blasio permita que en unos barrios sí y en otros no se hagan cumplir las normas y se mantenga la inequidad. La justicia debe ser igual para todos”, agregó.

Qué estipula la ley de “open container” (10-125 b)

  • La ley prohíbe el consumo de bebidas alcohólicas en lugares públicos como parques y calles o en lugares privados como vehículos. En el caso de NYC la multa es de $25 por llevar bebidas alcohólicas abiertas en público, aunque el monto sube para conductores que sean condenados por violar la ley de contenedores abiertos de Nueva York, quienes enfrentan una multa máxima de $150 por la primera violación. Una segunda ofensa en 18 meses conlleva una multa de hasta $300, mientras que una tercera ofensa puede significar una multa de hasta $450.
  • “Ninguna persona deberá beber o consumir una bebida alcohólica, o poseer, con la intención de beber o consumir, un recipiente abierto que contenga una bebida alcohólica en un lugar público, excepto en una fiesta en la calle autorizada,  o función similar para la cual se haya obtenido un permiso”, asegura la ley.
  • Se advierte en la ley que el estar junto a una persona que consume alcohol en las calles no es motivo para recibir una multa. La única persona que puede ser acusada legalmente por tener un contenedor abierto y violar la ley de alcohol, es la persona en posesión de la bebida alcohólica abierta.

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