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Restaurantes con mesas afuera: el salvavidas que no todos los negocios ven como alivio suficiente

Por:Edwin Martinez | 13 de Julio 2020

Desde que empezó la pandemia del coronavirus en marzo pasado, los más de 27,000 restaurantes que hay -o que había- en la Ciudad de Nueva York, sintieron cómo el COVID-19 los embistió con una tremenda estocada. Para aquellos que lograron sobrevivir, curarse de las severas heridas financieras y la pérdida de clientela, ha sido el gran reto, desde el pasado 22 de junio, cuando la Ciudad autorizó la reapertura de los restaurantes, ofreciendo sus servicios, solamente en espacios exteriores.

Y aunque la iniciativa se ha convertido en una especie de salvavidas para la amplia mayoría de negocios, no todos los restaurantes han tenido la misma experiencia. Dependiendo de los condados o las calles en que estos lugares estén, también varían las historias.

Chano Morales, quien llegó a pensar que no la librarían, temiendo que el restaurante mexicano de Long Island City, Chano’s Cantina, confiesa que el permitirles trabajar por ahora con mesas al aire libre le ha dado un respiro… pequeño, pero igual un respiro.

“Esto ha servido de algo y ha sido una gran ayuda poder tener las mesas afuera y vender licor para llevar, pero todavía estamos lejos de poder decir que ya salimos a flote”, comenta el empresario, confesando que todavía su negocio está en un 60% lejos de lo que antes era.

“Obviamente estamos menos mal que en marzo o abril. Los dos primeros meses fue pérdida, tras pérdida. No daba para nada. Luego perdimos entre el 70 y 75% de la clientela. Ahora estamos teniendo un alivio, pero tenemos que ir viendo todo día a día”, dijo el mexicano, originario de Guerrero, quien agrega que debido a las bajas ventas la planta de 8 empleados que tiene sufrió recorte de horas de trabajo.

Al frente de su restaurante, cinco mesitas sencillas, con dos sillas cada una, y una comunitaria de cuatro, enmarcan la acera, por la que transitan muchas personas y que está debajo de las líneas del tren N y W, pero no todas tienen comensales.

Don Chano ha tratado de manejar la difícil situación con actitud positiva, pero reconoce que en medio de las verdes y las maduras por las que ha tenido que pasar con su restaurante, se le suma el clima, que parece no querer ponerse del lado de los negocios.

“La lluvia es otra cosa que nos ha afectado mucho, incluso si no llueve, como pasó el viernes, con solo haber amenaza y aunque no llovió, la gente se espantó y no vino”, comentó Morales, pidiendo a la Ciudad que les permita tener las mesas afuera hasta octubre, que puedan seguir vendiendo bebidas alcohólicas para llevar, que se congelen las rentas de los locales comerciales y que se entreguen préstamos a bajo interes.

Pero en medio de sus afugias y teniendo tres de sus mesas con clientela, Don Chano no desfallece y asegura estar muy esperanzado en que pronto el sol brille para él y todos los negocios de la industria de restaurantes de la Gran Manzana.

“Yo hubiera cerrado las puertas si pensara que no vamos a volver a levantarnos o a volver a ser como antes. Sé que han sido momentos duros, pero sé también que saldremos adelante”, agrega Chano.

A pocas cuadras de allí, en la Avenida 36, el panorama es muy diferente. El restaurante Daisy, que antes era sitio obligado de maestros, estudiantes y vecinos de Astoria, Queens, para desayunar, almorzar, comer y degustar deliciosos trozos de pizza, tiene como gran amiga la soledad. Además, debido a la zona donde está ubicado y a que su acera es muy angosta, tan solo han podido poner dos mesas afuera, que no hacen mucha diferencia. Permanecen vacías mayormente.

Así lo confiesa Juan Carlos Martínez, quien lleva varios años trabajando allí, y quien dice que el programa de Restaurantes al aire libre a ese negocio no lo ha ayudado mucho.

“Aquí vinieron los bomberos y miraron y dijeron que no podíamos poner más mesas. Sería bueno que cerraran una parte de la calle aquí al frente, como han hecho en otras zonas y poner mesas ahí, pero por ahora solo tenemos dos”, confiesa el mexicano, agregando además que el negocio ha bajado en un 70% y que de los seis empleados que había antes de la pandemia del COVID-19, ahora quedan tres que tienen que hacer el doble. “Ahora nos toca ser lavaplatos, pizzero, mesero y de todo”.

Y contrario a quienes guían sus sentimientos con esperanza, Martínez admite que duda que las cosas cambien para bien en corto tiempo.

“Yo no soy pesimista, soy realista, pero creo que esto, así haya mesas afuera y abran adentro, va a durar más de un año mal, porque el problema no solo es que nos dejen poner mesas afuera sino que hay mucha gente sin empleo que no tiene para salir a comer”, agrega el joven. “Lo otro que veo es que a los negocios que tienen venta de licor les puede ir mejor, pero a los pequeñitos como nosotros no”.

Mitch Schwartz, vocero de la Administración De Blasio, que ha estado tratando de empujar la instalación de más mesas al aire libre, incluyendo no solamente aceras, sino sitios de estacionamiento, patios, calles y ahora corredores víales, aseguró que hasta ahora solo 7,700 restaurantes se han beneficiado del programa. 3,600 restaurantes han sacado sus mesas en Manhattan, 1,900 en Brooklyn, 1,600 en Queens, 409 en El Bronx y tan solo 142 en Staten Island.
Cerca de allí, en otros restaurantes como Arepas’ Café, Copacabana, y Río Grande, las mesas exteriores también parecen revelar que los ingresos están lejos de ser lo que eran o al menos que los haga sentir a todos la otro lado del puente.

“Yo como aquí par de días a la semana para tratar de echarle una mano a los negocios de mi barrio, pero la verdad entre semanas uno ve muchas mesas de adorno. Creo que les ha servido en alguito a los sitios, pero siento que están muy preocupados y muchos hasta han tenido que cerrar”, dijo el colombiano Juan Gómez.

Samantha Keitt, vocera del Departamento de Pequeños Negocios de la Ciudad de Nueva York, aseguró que aunque apenas han pasado dos semanas desde que se inició el programa de restaurantes al aire libre, las cosas parecen ir por buen camino, abordando la principal preocupacion, el tema financiero.

“El programa de comidas al aire libre da vida a nuestros corredores comerciales y brinda a las empresas una oportunidad muy necesaria para generar más ingresos al tiempo que se practica el distanciamiento social”, dijo la funcionaria, explicando que las próximas semanas se promoverá la ubicación de más mesas exteriores. “Estamos aumentando nuestros esfuerzos para garantizar que más restaurantes participen en el programa de restaurantes abiertos”.

El alcalde Bill de Blasio mencionó también que la Ciudad está haciendo desde la semana pasada un “acercamiento proactivo a los restaurantes” que aún no se han inscrito al programa Open Restaurants, para alentarlos a que presenten su solicitud. La aplicación es gratuita y las empresas pueden autocertificarse de manera muy rápida y sin asuntos burocráticos.

Para obtener ayuda para completar la solicitud, los restaurantes pueden llamar a la línea directa: 888-SBS-4NYC (888-727-4692). Además, esa línea provee ayuda a pequeñas empresas para responder las preguntas más apremiantes de los propietarios que se preparan para reabrir.

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