viernes, marzo 29, 2024
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10 preguntas básicas sobre una reforma fiscal en la República Dominicana

Ex subdirectora de la DGII responde las interrogantes

Ante los aprestos del Gobierno para encontrar un concenso para una reforma fiscal, Diario Libre le hace 10 preguntas básicas a Germania Montás, economista y exsubdirectora de la Dirección General de Impuestos Internos.

1.

Cuando se escucha el término reforma fiscal se puede pensar en que se subirán los impuestos, ¿es así?

En general las reformas se realizan para aumentar los ingresos del Estado, aunque hay excepciones. Se pueden hacer reformas abordando el tema de varias formas, y subir las tasas impositivas es una de ellas, pero en mi opinión, las tasas de nuestros principales impuestos están en niveles que no deberían ser aumentadas.

También, puede abordarse el tema incluyendo más bienes y servicios para ser gravados con impuestos al consumo (generales o selectivos), eliminando incentivos o exenciones, ampliando los ingresos o utilidad que son gravados con impuesto sobre la renta e incluyendo nuevos bienes para ser gravados con un impuesto al patrimonio, además de los inmuebles. Es decir, puede aumentarse tasas o ampliarse la base.

2.

¿Cuántas reformas fiscales se han hecho en la última década y qué han cambiado principalmente?

En el 2011 se aprobó la Ley 139-11, en la cual básicamente se establecen gravámenes a los juegos de azar, se aumenta de manera temporal la tasa del ISR de 25 a 29 %, se establece el impuesto a los activos financieros productivos netos que aplicaba solamente a sector financiero, que también fue un impuesto temporal.

En el 2012 se realizó una reforma mediante la Ley 253-12. En ella se aumenta la tasa del Itbis de 16 a 18 %, se gravan algunos alimentos de consumo masivo como el café, el cacao y el aceite. También, se establece el impuesto sobre los intereses que reciben las personas físicas, se limitan las deducciones admitidas por concepto de intereses pagados, se establece el impuesto a los dividendos o utilidades distribuidas por las empresas a sus socios y se aumenta la tasa de ISR al 29 % disminuyéndose hasta 27 %, entre otras disposiciones.

En esta ley, en sus considerandos, se plantea alcanzar lo que establece la Estrategia Nacional de Desarrollo (Ley 1-12), lo que hasta el día de hoy no ha sido conseguido. Luego cada año se introdujeron cambios a leyes tributarias dentro de la ley de presupuesto, con vigencia de un año.

3.

¿Qué se debería incluir en una nueva reforma fiscal?

De seguirse las disposiciones de la Ley 1–12, lo que debe incluir está establecido en la misma ley. En resumen, aumentar la presión tributaria, racionalizar los incentivos fiscales y reducir la evasión. Para eso establecía la necesidad de hacer una reforma fiscal, pero mediante un pacto fiscal. Si es para solventar dificultades, como dar seguridad a los acreedores de que se cuenta con los recursos para mantener el cumplimiento de las obligaciones de pago de deuda y mantener el gasto público en los niveles necesarios, no hay una receta.

4.

¿Eliminar exenciones fiscales a sectores y privilegios a funcionarios debería estar en una próxima reforma fiscal?

Revisar las leyes de incentivo debe ser una tarea constante, ya que periódicamente debería validarse si han cumplido su cometido. Ahora bien, en esta coyuntura, hay que pensar bien a qué sectores se pueden eliminar los incentivos, porque si el objetivo es recaudar, los que están en crisis no aportarían mucho.

En cuanto a los privilegios a funcionarios, si te refieres al tema de vehículos de congresistas entiendo que, al margen de una reforma, deben ser revisados.

5.

Cuando se indica que la República Dominicana tiene de las presiones tributarias más bajas de la región, ¿significa esto que es imperante subir los impuestos?

Es que es de las más bajas de la región. Eso es una realidad. Este indicador mide qué porcentaje del PIB representan las recaudaciones por impuestos que el Estado recibe. El promedio de América Latina y el Caribe bordea el 23 %. Por ejemplo, Costa Rica y Nicaragua tienen 23 %, Colombia tiene 20 %.

Aumentar la presión tributaria fue aprobado desde 2012 con la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo. Se estableció en dicha Ley que en el 2015 tendríamos 16 % y terminamos con 12.9 %, en el 2019, llegaríamos a 19 % y la presión tributaria terminó en 12.4 %. Sin embargo, hay que considerar que esta crisis causada por la pandemia va a generar mayor demanda de recursos y peores condiciones de los agentes económicos para operar con mayores impuestos. Lo cual hace más compleja la decisión de a quién, cómo y cuánto más gravar.

6.

¿Los impuestos solo suben, pero nunca se vuelven a bajar?

Es difícil prescindir de recursos que ya se tienen, más aún si la presión tributaria, como hemos dicho, es baja. Pero te pongo dos casos en que se redujeron: en 2007, mediante la Ley 172-07, que reduce la tasa del Impuesto sobre la Renta (de 30 % a 25%); también en 2007, se emitió la Ley 173-07, que elimina y consolida impuestos.

7.

¿Sería mejor optimizar el uso de los recursos del Estado para no tener que hacer reformas fiscales?

Siempre hay oportunidades para optimizar el uso de los recursos del Estado, pero hay que considerar que el nivel de gasto público sobre el PIB del país está por debajo de muchos países similares.

El promedio del gasto total sobre el PIB de la región estaba cerca del 28 % en el 2019, mientras República Dominicana estaba en 16 %. Por ejemplo, Nicaragua 17 %, Colombia y Costa Rica 31 %, El Salvador 25 %, Perú 21 %, etcétera.

8.

Si no se hace una reforma fiscal ahora para aplicarla al presupuesto del Estado de 2022, ¿afectaría en algo a la economía del país?

El disponer de mayores ingresos, permitiría al Gobierno tener más recursos disponibles para implementar políticas que vayan en beneficio de la población o disminuir el déficit, lo cual llevaría a tener una menor necesidad de financiamiento. No obstante, de no hacerse correctamente, una reforma fiscal podría tener peores consecuencias en la economía que no hacerla.

9.

En otros países se han planteado reformas fiscales en esta pandemia y eso ha generado revueltas sociales. ¿Este es un buen momento para que se haga una reforma en la República Dominicana?

En mi opinión, se pueden hacer algunos ajustes a leyes impositivas que han estado pendientes en leyes tributarias, como por ejemplo, definir en la Ley elementos para gravar con impuestos existentes algunas actividades que han surgido en los últimos 15 años o acotar algunas deducciones y cosas así. Sin embargo, no creo que sea el mejor momento para realizar una reforma con visión de futuro, ni con impacto estructural, dado que el futuro no está tan claro en este momento como para tomar decisiones de largo plazo.

10.

La gente puede pensar que la corrupción pública y privada se “robará“ esos impuestos que emanen de una reforma fiscal. ¿Cómo el Gobierno puede convencer a la población de que se debe tributar mejor?

No creo que sea yo quien deba responder esto, pero está claro que el Gobierno debe estructurar una campaña de información que dé legitimidad a lo que va a proponer y mantener una ejecución del gasto de calidad.

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