POR WILSON COLLADO
De acuerdo al Proceso Electoral pasado pudimos notar unos niveles de abstención alarmante y sorprende que ni la llamada Sociedad Civil, los Partidos Políticos, ni la Junta Central Electoral se hayan referido al tema. En tiempos donde la legitimidad es más importante que lo legal, pareciera que estos organismos quieren hacerse de la vista gorda ante una situación preocupante y digna de análisis, casi un 50% de ciudadanos no les intereso votar en las pasadas elecciones y esto debería llamarle poderosamente la atención por lo menos al partido que resulto ganancioso.
Parece que la población está cansada de un sistema partidario incrustado en la corrupción, clientelismo y tráfico de influencias, en donde las Elites partidarias conjuntamente con las Elites Empresariales nos imponen sus criterios, pretendiendo que tengamos que aceptar como buena y valida esa práctica malsana que corrompe la sociedad desde hace ya un buen tiempo.
Esta degradación político Electoral ha llevado al país a un vacío de liderazgo, que se ha reflejado en el seno de nuestra sociedad, es por ello que vemos a la población no acatar las órdenes de sus gobernantes, como ha quedado evidenciado en la desobediencia mostrada ante las medidas por el covid-19 donde reina el caos y pareciera que la autoridad no tiene control ante la situación.
Tenemos políticos corruptos exigiendo orden ante un pueblo que los ve enriquecerse de manera ilícita cuando llegan al gobierno y lo más grave aún es la legitimidad de los grupos empresariales a estas acciones, ya que no les importa quién gobierne ni como, solo que no afecte sus intereses y que los dejen operar sin control.
Ante todo esto existe una población pensante, con ideas claras, que no participan de procesos Electorales, porque ven a los partidos políticos carecer de ideologías y convertirse en corporaciones lucrativas a costo del sudor de un pueblo que los financia con el pago de sus impuestos.
Es por eso que me preocupa el grado de abstención en los últimos torneos Electorales, ya que con el desahogo de un pueblo cansado de que los engañen, puede surgir algún falso profeta que los lideré y le haga ver esperanzas donde no las hay, como lo que paso en Venezuela con Hugo Chávez.
