lunes, mayo 6, 2024
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Pasillos de supermercados, espacios que reflejan el desorden vial de RD

Por: Ramón Féliz Lebrón
Periodista y docente
rflebron@gmail.com

Trasladarse a supermercados, ya sea en vehículos propios, prestados o en transporte público, implica someterse a las barbaridades del desorden vial del país para llegar a ese tipo de establecimientos con la ilusión de que te librarás por varias horas de la desagradable experiencia del tránsito citadino.

Sin embargo, esa fluidez que pensabas disfrutar mientras llenas tu carrito de artículos se transformó en la continuidad de lo que hace un momento padeciste frente al volante o como pasajero.

Iniciemos: encuentras, aunque con poca frecuencia, los carritos desordenados como si se tratara de un parqueo de una feria.

Cuando decides «encenderlo» para comenzar tu recorrido de compras, hay varios «choferes» (compradores) obstaculizando la entrada.

Superada la situación, avanzas hacia las frutas, pero alguien dejó parqueado un carrito frente a esa zona que te imposibilita seleccionar; y cuidado si lo mueves, pues oirás de inmediato una voz: «wey, ese carro es mío».

Para no perder más tiempo a la espera de que el dueño de ese carrito regrese de buscar unos enlatados a la distancia, prosigues la ruta al área de las carnes, y a pesar de estar parado correctamente en tu turno, se acerca un «ingenuo» por la derecha para colocarse delante cuál episodio de irrespeto a diario al subir los elevados.

Continúas el trayecto con el carrito vacío todavía debido al obstructor y al indecente que no han permitido tachar ningún producto en la lista de WhatsApp.

Un letrero indica el pasillo donde están los lácteos, pero hay dos carritos paralelos al entrar, como cuando cambian dinero desde carros públicos, cuyos ciudadanos observaban los anaqueles sin inmutarse de que inhabilitaron esa «calle».

Al poner la reversa para dirigirse al lugar de los detergentes, dos «conductores» ocupaban todos los «carriles» del pasillo en franca alusión de que debías devolverte otra vez porque ninguno se colocó a un lado para cruzar.

En la búsqueda de alternativas para que la medianoche no marcara el reloj sin haber seleccionado el primer producto, se presentó un episodio de carritos atascados en pasillos grandes perpendiculares, muy parecido a las intercepciones donde nadie cede el paso.

Más adelante, un niño juega en el borde de un carrito, y quien debe cuidarlo se entretiene con frascos para el tratamiento capilar, similar a cuando dejan solos a infantes dentro de vehículos.

Ya exhausto, la idea que surge es descargar la aplicación de ese supermercado para solicitar todo de manera digital, y dedicar nada más un poco de tiempo para retirar la compra; sin embargo, inquieta que empleados no seleccionen con delicadeza los productos y, por ejemplo, toman los víveres, aguacates o tomates sin fijarse que estén en buenas condiciones por su prisa en completar su encomienda.

Veamos algo utópico, por el momento, para la República Dominicana: Muchos supermercados ofrecen la opción de recoger la compra sin bajar del coche. La pides por Internet, te la preparan ellos, y te la entregan cuando llegas. Pero son los dependientes del supermercado los que eligen los productos que meten en tu cesta de la compra. La empresa turca Dahir Insaat ha ideado un sistema muy curioso, bastante diferente: Drive Market, el supermercado al que entras a comprar sin bajar del coche.
https://computerhoy.com/noticias/life/supermercado-entras-comprar-bajar-coche-525443

En conclusión, es insostenible tener que soportar también en supermercados a aquellos imprudentes en calles, avenidas y autopistas.

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