viernes, abril 26, 2024
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Activan ‘Zonas Rojas’ de coronavirus en Brooklyn y Queens y allí se volverá a vivir pesadilla de cierre y restricciones

La Gran Manzana formalmente empieza este jueves a revertir la reapertura económica. El alcalde Bill de Blasio detalló el nuevo esquema de restricciones de reuniones, además del cierre de actividades escolares y comerciales que impactará en diferentes niveles y formas a localidades específicas de Brooklyn y Queens, clasificadas como zonas rojas, naranjas y amarillas, de acuerdo a las tasas de infección por COVID-19.

El mandatario detalló este miércoles las medidas que empezarán a ser aplicadas a partir de este jueves, y advirtió que no acatarlas implicará multas a negocios y a las personas que se rehúsen a usar las máscaras.

“Se necesitará disciplina y ciertamente habrá sacrificio. Lo siento por todos en las comunidades que se verán afectados. Si actuamos con rapidez y decisión, podemos superar estos brotes en seco. Nuestros funcionarios del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD) estarán atentos a que estas normas que han sido validadas por el gobernador Cuomo, se cumplan por la salud de todos”, expresó el mandatario municipal.

La estrategia significa el regreso a órdenes ejecutivas muy severas para los vecindarios que están incluidos en la zonas categorizadas como rojas, y se trata de acciones muy similares a las ejecutadas el pasado marzo en toda la Gran Manzana cuando se desató la pandemia.

En esta zonas rojas se encuentra todo el sur de Brooklyn que incluye las localidades más extensas afectadas por las órdenes de cierre, específicamente los vecindarios de Borough Park, Midwood, Sheepshead Bay y Gravesend.

El centro de Queens también está en el mapa de los códigos postales más calientes con Rego Park y Forest Hills , y el sur de este condado en la totalidad de Far Rockaway y Edgemere.

“Ningún código postal está completamente en una zona roja o naranja. En las próximas horas compartiremos una herramienta en línea para que cada quien pueda determinar en que franja se encuentra”, alerto De Blasio.

En concreto, el aumento de la tasa de infección por encima del umbral del 3% en estas zonas de Brooklyn y Queens en los últimos siete días, encendió las alarmas de la Ciudad y obligó a este retroceso significativo a las fases de reapertura, que por lo pronto durarán por lo menos 14 días, dependiendo si la curva de contagios se logra aplanar.

NYPD vigilará el uso de máscaras en los vecindarios categorizados como calientes, como es el caso de Boro Park (Foto: F. Martínez)

Negocios no esenciales: ¡Cerrados!

La realidad que vivirán quienes residen en las zonas rojas a partir de este jueves significa un retroceso a cuatro meses atrás. Todos los negocios no esenciales y escuelas estarán nuevamente cerradas. En los restaurantes se permitirá solo servir comida para llevar, además las reuniones de más de 10 personas están prohibidas, aunque se hace énfasis en la congregación en los templos en donde solo se podrá dar acceso al 25% de la feligresía.

Se estima que en la totalidad de los casos nuevos combinados de los códigos postales de la lista de vigilancia y los puntos calientes representan más del 40% de todos las infecciones confirmadas en toda la ciudad, durante las últimas dos semanas, dijeron las autoridades.

Las localidades consideradas como rojas, por el repunte de las infecciones, representan una cuarta parte de los nuevos casos de COVID-19 en toda la Gran Manzana durante los últimos 15 días, a pesar que representan solo el 7.4% de la población.

Más restricciones

Las áreas postales incluidas en las zonas naranjas deberán cerrar gimnasios y centros de cuidado personal pero permitirán las apertura de los restaurantes solo al aire libre, revirtiendo la medida de hace una semana de permitir el acceso a clientes en el interior en una capacidad del 25%. Las actividades escolares en estos vecindarios solo podrán realizarse de manera remota.

Estas áreas naranjas están siendo delimitadas en el mapa de la ciudad, como las colindantes con las zonas rojas.

En cuanto a los vecindarios que entren en la categorización de zonas amarillas tendrán más flexibilidad, pero en las casas de culto solo se permitirá un 25% de capacidad. Además, se autorizará la apertura comercial y las operaciones de los restaurantes tal como lo venían haciendo hasta ahora. Y aunque en estas zonas sí se permitirá que las escuelas sigan abiertas, se obliga a un riguroso plan de pruebas y rastreo de COVID-19 en toda la comunidad escolar una vez a la semana.

Ajustando el mapa

En las próximas horas el Departamento de Salud de la Ciudad (DOHMH) dejará claro cuáles serán los códigos postales específicos que entrarán en cada franja de restricciones.

El Alcalde también advirtió que se emitirán fuertes multas, hasta $15,000 por día por violar las reglas sobre reuniones masivas y hasta $1,000 por día por violar el distanciamiento social e ignorar la utilización de máscaras.

Así mismo el gobernador Andrew Cuomo tras ratificar las medidas valoró que en general las “cifras siguen siendo buenas noticias”, pero la tasa de infección en los puntos calientes es cinco veces superior al resto del estado.

“Estas restricciones localizadas son mejores que volver al cierre, que es lo que hemos visto en en el resto del país cuando repuntan los casos. A medida que abordamos estas localidades, será necesario el trabajo de todos los neoyorquinos para mantener nuestro progreso”, insistió el mandatario estatal.

Rechazo en las iglesias

Las áreas afectadas en la ciudad son en gran parte bastiones de familias judías ortodoxos  y algunos miembros de esas comunidades se han quejado y elevado fuertes protestas por haber sido señalados como responsables del alza de los contagios.

Agudath Israel of America, una organización de enlace con la comunidad jasídica, criticó el límite de reuniones de 10 personas en las zonas rojas, argumentando que “las prácticas religiosas estaban siendo atacadas”.

La ira no se limitó a la comunidad judía ortodoxa. La Diócesis Católica de Brooklyn, que tiene 1.5 millones de feligreses y 210 iglesias en Brooklyn y Queens, en un comunicado calificó como “indignante” la medida.

El obispo Nicholas DiMarzio de Brooklyn explicó que se opone a que se reduzca aún más la capacidad de sus templos, porque los practicantes católicos se han adherido estrictamente a los protocolos COVID-19.

“Es inaceptable que luego de incurrir en un gran gasto para implementar todos los protocolos de seguridad, nuestras parroquias se vean obligadas a reducir la capacidad a un máximo de 10 personas en la zona roja y 25 personas en la zona naranja. Un rango de capacidad de 10 a 25 personas es una falta de respeto a los católicos y al clero, quienes han seguido las reglas”, puntualizó.

El comerciante dominicano de Borought Park, Cándido Arcangel, no le sorprende las medidas de cierre. (Foto: F : Martínez)

“Esto se venía venir”

El bodeguero y líder comunitario dominicano de Borought ParkCándido Arcangel, asegura que no “cayó de sorpresa” para estos vecindarios de Brooklyn que las autoridades de Salud hayan ordenado nuevas restricciones para contener un rebrote del coronavirus. Precisamente este vecindario es uno de los ponderados como zona roja a partir de este jueves.

“Da pesar por el desempleo que eso genera en muchos trabajadores de restaurantes, por ejemplo, que apenas se empezaban a recuperar de meses de cierres, al igual que otros negocios. Pero lamentablemente miembros de la comunidad de aquí no respetan las reglas de protección ante el virus. Sufre la economía y nuestras comunidades de trabajadores, especialmente los hispanos recibirán este golpe”, comentó el isleño.

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