jueves, mayo 2, 2024
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Los inmigrantes, una crisis que se agudiza

En el 2023 Nueva York recibió miles de personas enviadas desde la frontera sur, a las que por ley debía brindar albergue

El 2023 ha sido un año que en Nueva York enfrentó crisis en varios sectores: seguridad, vivienda, salud mental, entre ellos, pero la más difícil de abordar fue sin duda la llegada de miles de inmigrantes a la Gran Manzana.

La odisea de quienes salieron de sus países en busca de un futuro mejor inició en el 2022 con la llegada a la frontera sur de miles de personas, la mayoría de ellas provenientes de Sudamérica y quienes cruzaron la peligrosa selva del Darién. Gobernadores de los estados fronterizos -principalmente el de Texas, Greg Abbott-, comenzaron a enviar buses fletados con solicitantes de asilo a ‘ciudades santuario’ como Nueva York, que por ley debe proveer refugio a quienes lo soliciten.

Los inmigrantes recién llegados saturaron el sistema de acogida de la ciudad, que ya enfrentaba dificultades para acomodar a los desamparados, cuyas cifras se habían incrementado desde la pandemia.

Para el mes de marzo, cuando unas 50,000 personas habían arribado a la Gran Manzana, 30,000 de las cuales estaban en albergues y hoteles de los cinco condados, el ejecutivo municipal, Eric Adams, clamaba que la ciudad estaba “con el agua al cuello”.

Un intento de enviarlos a ciudades al norte del estado se encontró con el bloqueo de condados como Rockland, que amparados en órdenes judiciales rechazaron la reubicación de los migrantes.

La administración municipal comenzó a realizar una serie de estrategias para abordar la situación, desde darles boletos a los recién llegados para trasladarse a otras ciudades, hasta pedir que se suspendiera la ley que obliga a dar alojamiento. Iglesias y sitios de culto se convirtieron en albergues, así como más de 200 de hoteles, entre ellos el famoso Hotel Roosevelt, que reabrió sus puertas como un centro de acogida de migrantes.

En un paso para tratar de disuadir a los miles de personas concentradas en el tapón del Darién de que realizaran el peligroso viaje hasta la frontera sur, el alcalde Adams viajó a esa área en octubre.

El mandatario estatal insistió en sus declaraciones durante su visita que quería asegurarse que quienes vienen a la ciudad de Nueva York sepan qué esperar, para que su sueño americano no se convirtiera en una “pesadilla americana”

Desde que comenzó esta crisis humanitaria, la ciudad ha tomado otras medidas rápidas y urgentes. Entre ellas, ha abierto refugios de emergencia, centros de ayuda humanitaria, ha creado centros de navegación para conectarlos con recursos críticos y lanzado el Centro de ayuda para solicitudes de asilo para ayudar a miles de inmigrantes con sus solicitudes de asilo.

Y aunque los pedidos de ayuda económica al gobierno federal han encontrado ‘oídos sordos’, a nivel estatal la gobernadora Kathy Hochul dispuso fondos para ayudar a brindar servicios legales a los inmigrantes recién llegados que buscan asilo en Estados Unidos. En septiembre el alcalde Adams, aduciendo que los gastos de hospedaje, alimentación y otros proveídos a los migrantes recién llegados sumaban –en ese momento- más de $1,500 millones y que se enfrentaban a una crisis fiscal, anunció recortes en las agencias municipales.

Además, ante la llegada de entre 300 a 500 personas por semana, el gobierno municipal comenzó a imponer límites al tiempo de estadía en los albergues para los solteros, primero a 60 días y luego a 30.

Organizaciones defensoras de inmigrantes han enfilado contra el alcalde y su administración por no implementar políticas más eficientes, que según ellos no solo beneficiarán a los recién llegados sino también a los residentes que sufren la falta de una vivienda y otros recursos básicos.

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