viernes, mayo 3, 2024
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Los demócratas se acercan al control del Senado de EEUU al ganar el primer escaño en Georgia

 Los demócratas están a punto de consumar su victoria de las elecciones de noviembre, al quedar muy cerca de ganarle a los republicanos los dos escaños que había en juego en la segunda vuelta que tuvo lugar este martes en el estado de Georgia, y hacerse así con el control del Senado. Si logra confirmar ese triunfo, el Partido Demócrata tendrá muy pronto el control de la Casa Blanca y las dos cámaras del Capitolio, lo que supone un duro golpe a los republicanos y la presidencia de Donald Trump, que se acerca ya a su final a pesar de sus denunciar de fraude en varios estados, incluido este de Georgia.

Los resultados de las elecciones en Georgia han sido muy ajustados y el recuento todavía se está produciendo, algo que es una mala noticia para las republicanos, pues es este un bastión conservador. En 20 años no ha ganado un demócrata un escaño al Senado en este estado del sur de EE.UU.

Con el 98% escrutado, el reverendo negro Rafael Warnock ganaba en la madrugad de ayer a la republicana Kelly Loeffler por 32.600 votos de 4,3 millones. Por su parte, el demócrata Jon Ossoff iba 3.600 votos por detrás del republicano David Perdue, pero los casi 100.000 votos que quedaban por contar procedían de zonas mayoritariamente demócratas.

Si se confirma ese resultado, que depende del recuento total, los demócratas y los republicanos tendrán 50 escaños en el Senado. El voto de desempate le correspondería a la presidenta de esa cámara Alta, un cargo que recae sobre la vicepresidenta, Kamala Harris. Esta composición del Capitolio le facilitaría la gobernanza a Joe Biden por al menos dos años, hasta las elecciones parciales de 2022. Tanto Donald Trump como Barack Obama tuvieron el control del Capitolio en sus primeros dos años en el cargo, y posteriormente perdieron la mayoría en la Cámara de Representantes.

El estado clave

En las elecciones de noviembre se renovó la presidencia, la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. De ese tercio, los republicanos se hicieron con 20 escaños, y los demócratas, con 13. El control del Senado quedó a merced de los dos escaños de Georgia, que fueron a segunda vuelta porque ningún candidato obtuvo un 50% de los votos en noviembre.

El presidente Trump acudió a Georgia el lunes por la noche a hacer campaña por sus candidatos, aunque en realidad aprovechó su intervención para volver a denunciar fraude en las elecciones presidenciales y proclamar, sin pruebas, que ha ganado el estado pero los demócratas se lo han robado. «Yo hago mítines por mí, no por los demás», dijo Trump junto a los republicanos que se juegan el escaño. También acudió al estado Biden, consciente de que tendrá la gobernabilidad mucho más fácil si su partido logra también el control del Senado.

Las últimas encuestas dieron cierta ventaja a los demócratas, ambos con una intención de voto por encima del 49%. Pero nada era seguro porque los sondeos ya habían fracasado, y aunque vaticinaron una victoria de Biden en las presidenciales lo hicieron por un margen mucho mayor al definitivo. Trump incluso logró sumar 10 millones de votos con respecto a sus resultados de 2016, amasando 74 millones de papeletas, todo un récord solo superado por Biden en estas mismas elecciones.

En total, en esta segunda vuelta los dos partidos se han gastado más de 500 millones de dólares (400 millones de euros) en anuncios electorales. Esto significa que se cuentan entre las elecciones al Senado más caras en toda la historia. Es comprensible, dado que de ellas dependía la gobernabilidad en Washington y la capacidad de hacerle la oposición al nuevo presidente. Los demócratas han invertido una gran cantidad de recursos registrando a votantes, como ya hicieron en noviembre, cuando Biden logró ganar a Trump por apenas 11.000 votos. Fue un duro golpe al presidente, ya que Georgia es, como Arizona, un bastión conservador que nunca se le había escapado a un republicano desde hace casi tres décadas.

Los demócratas apenas gozan de 222 escaños en la otra cámara, la de Representantes frente a los 213 de los republicanos. Las encuestas preveían que en las elecciones de noviembre los demócratas ganarían una decena de escaños con respecto a los resultados de 2018, pero acabaron perdiendo siete frente a los republicanos. El domingo, Nancy Pelosi fue reelegida presidenta de la Cámara por 216 votos de los 222 posibles.

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