Parte del desorden en el tránsito de la República Dominicana se debe a indecencias e irresponsabilidades de muchos conductores, mientras sigue la interminable espera de la población por un eficiente y estratégico plan de organización vial.
Adultos que olvidaron la educación familiar o que inducidos por los malos ejemplos se han convertido en irrespetuosos al volante, ya sea en carros, camionetas, yipetas, patanas, motocicletas, camiones, bicicletas, etc., etc., etc., y que ceder el paso a otros vehículos y peatones equivale para ellos a humillarse, acciones alejadas de la cortesía.
Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la República Dominicana ocupa el primer lugar en la lista de países con mayor tasa de mortalidad ocurrida por accidentes de tránsito en el mundo al año, negativo liderato que parece no inmutar a quienes deben buscar la manera de revertirlo con la participación de todos los sectores de la sociedad.
Que conduzcan los niños surge de una experiencia con mi hijo que hoy tiene cuatro años, y a quien desde temprana edad le enseñamos el significado de los colores del semáforo: rojo: parar; amarillo: precaución; verde: avanzar.
Resulta que de camino al colegio una mañana del año pasado, lo escuché decir con tono de protesta y preocupación: «mamá se cruzó en rojo».
Ante el válido reclamo del infante, en ese momento de tres años, por la «infracción» que había cometido su progenitora a la Ley 63-17 de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, procedí a una rápida inclinación para ver el semáforo y confirmar la denuncia, pero la presencia de un agente de tránsito, debajo del encendido aparato que controla el tráfico, motivó una cuidadosa y convincente explicación de que continuamos en luz roja porque el referido agente indicaba que podíamos cruzar aunque ese color establece que no.
Con algo de contrariedad del menor, tuvimos que aplicar un alto nivel pedagógico para orientarlo por el improcedente y confuso episodio; sin embargo, nos demostró que si sembramos amor, respeto, civismo, empatía, honestidad y todos los valores positivos, cosechamos buenos frutos con ciudadanos ejemplares.
En agosto del 2023, las autoridades anunciaron la incorporación de Educación Vial en el currículum educativo como parte de las novedades para el período escolar 2023-2024, programa que iniciaría en escuelas de Santo Domingo, Santiago de los Caballeros, La Vega, San Cristóbal, La Altagracia y el Distrito Nacional por ser las localidades con mayor incidencia de accidentalidad en el país.
Sería interesante conocer cómo avanza esa asignatura en el sistema educativo nacional.
Las sociedades funcionales son el reflejo del comportamiento de sus gentes, pero vemos con decepción las desagradables actitudes de tantas personas frente a un guía en calles, avenidas y autopistas dominicanas, llenos de incultura, violencia, intolerancia y desesperación.
Observamos que casi nadie respeta el derecho de los demás en intersecciones, elevados, túneles, filas, parqueos, marquesinas; no dan paso a ambulancias, obstaculizan entradas de hospitales, transitan a alta velocidad en entornos de centros educativos y muchísimas inconductas.
«Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él». (Proverbios 22:6).