Por: Federico Nuñez Mañan
Se ha desatado una retahíla de engaños que deja perplejo a cualquier mortal por su forma y estilo como se ejecuta.
La falta de oportunidad ha impulsado a delincuentes a inventarse tácticas que a través de llamadas telefónicas te hacen creer que son empleados de determinadas empresas que nada tienen que ver con el fraude en cuestión.
La trama se ejecuta usando ingeniería social a través de llamadas telefónicas. Este tipo de fraudes se conoce como vishing, que consiste en suplantar la identidad de un servicio o empresa utilizando una llamada de teléfono. El interlocutor se hace pasar por un trabajador o técnico de una empresa o un determinado servicio e intenta engañar al usuario bajo algún pretexto llamativo para que este le facilite sus datos personales y/o bancarios, realice alguna aportación económica e incluso se instale algún programa malicioso en su dispositivo o facilite al ciberdelincuente el acceso al mismo.
Generalmente es ejecutado por jóvenes qué maltratados por las ingratitudes de una sociedad con fundamentos desiguales y envueltos en esta vorágine inflacionaria que afecta a todas las clases sociales deciden hacer dinero fácil, sin pensar en las consecuencias que podría acarrearles.
Si en algún momento fue objeto de esta magistral fechoría, hágalo saber a sus familiares o amigos para que no caigan en la misma red.