lunes, mayo 13, 2024
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“Los $76 millones que me regaló el rey fueron un reconocimiento por cuánto signifiqué para él”

A principios de agosto, el rey emérito de España Juan Carlos I dejó el país tras una serie de acusaciones de supuestos delitos financieros.

Pero el cariño del país por su monarca había empezado a desmoronarse en 2012, después de una aciaga cacería de elefantes. Junto al rey en aquel safari estaba su examante Corinna zu Sayn-Wittgenstein, también conocida como Corinna Larsen.

La mujer habló en exclusiva con la BBC sobre un regalo de millones de euros de parte de Juan Carlos, sus denuncias de sufrir acoso por el servicio secreto de España… y sobre aquel elefante.

Desafortunado viaje

Corinna zu Sayn-Wittgenstein en realidad no quiere hablar sobre el elefante, aquel que el entonces rey Juan Carlos I mató el 11 de abril de 2012.

Los medios informaron que el animal tenía 50 años y pesaba cinco toneladas, con colmillos de más de un metro de longitud.

No es que Zu Sayn-Wittgenstein sea capaz de verificar los datos vitales del animal cuando se le pregunta por el incidente.

“No tengo ni idea”, dice la consultora alemana de ascendencia danesa.

Sí, estaba en el safari con el rey, pero dice que estaba lejos cuando se produjo el disparo.

“Lo vi después, porque todo el mundo se acerca a mirar”, explica. “Pero me alejé después de dos minutos. Soy cazadora, pero nunca he matado a un elefante en mi vida y nunca lo haría. Para mí, toda la experiencia de caza fue traumática en ese sentido”.

El safari en Botswana fue un regalo del rey para el hijo de ella por su décimo cumpleaños.

Juan CarlosI con Corinna zu Sayn-Wittgenstein y uno de los hijos de ella
Juan Carlos I forjó una buena relación con la familia de Corinna zu Sayn-Wittgenstein.

Juan Carlos I se había encariñado con los hijos de Zu Sayn-Wittgenstein durante su relación romántica con ella de 2004 a 2009, una relación de la que la población española no sabía nada en ese momento.

El exjefe del Estado español está casado con la reina Sofía desde 1962.

“No tenía ganas de ir en este viaje”, evoca Zu Sayn-Wittegenstein.

“Sentía que el rey Juan Carlos intentaba que volviera con él y yo no quería dar una impresión errónea. Casi tuve premoniciones sobre este viaje”.

No andaba desencaminada, como se vería después. Antes del amanecer del 13 de abril de 2012, el rey se cayó en su tienda de campaña de lujo y se rompió la cadera.

En su regreso a Madrid, los medios se lanzaron sobre la historia del safari como un voraz león sobre una frágil gacela.

La revelación de la cacería de elefantes se produjo muy poco después de que se iniciara una investigación por corrupción al yerno del rey, Iñaki Urdangarin, que actualmente está en prisión.

Eran tiempos de serias dificultades para España, que tenía una tasa de desempleo del 23%. Después de someterse a una operación, el rey Juan Carlos hizo su primera aparición pública en el hospital con un bastón.

Le preguntaron cómo estaba.

El rey Juan Carlos I al recibir el alta del hospital en 2012
El entonces rey Juan Carlos se disculpó por el viaje de caza cuando fue dado de alta del hospital en 2012.

“Lo siento mucho”, dijo. “Me he equivocado y no volverá a ocurrir“.

El rey Juan Carlos I había sido prácticamente intocable por su lugar en la sangrienta y atormentada historia de España.

Como jefe de Estado tras la muerte de Francisco Franco en 1975, el rey jugó un importante rol en la transición de España de la dictadura a la democracia e hizo frente a un intento de golpe de Estado en 1981, acción por la que ha sido extensamente elogiado y reconocido.

El daño a la figura del popular monarca tras el viaje africano era inmenso.

“La crisis estalló porque el viaje a Botswana puso varias cosas sobre la mesa“, dice a BBC José Antonio Zarzalejos, exeditor del diario español ABC, de línea conservadora y a favor de la monarquía.

“Primero, que el rey era abiertamente infiel a la reina Sofía. En segundo lugar, que al visitar un país en el que España no tenía representación diplomática, el rey, como jefe de Estado, quedaba fuera del radar del gobierno español en medio de una fuerte crisis económica. Y en tercer lugar, que era un viaje muy caro y no sabíamos quién lo pagó. Creó una imagen terrible del rey”.

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